Plantar y cultivar especies nativas siempre nos traen múltiples beneficios. Atraemos la fauna benéfica como aves y mariposas, que nos ayudan a dispersar el polen y las semillas; conservamos el paisaje natural; aprovechamos sus cualidades naturales ya que muchas tienen propiedades medicinales y culinarias; disfrutamos de sus formas, sus colores y nos conectamos con la naturaleza.